El viernes fuimos a la perrera y cogimos un perro para pasearlo.
Compramos salchichas para el perro y yo me comí dos porque tenía hambre.
El perro era muy bonito tenía la nariz y la tripa con manchas.
Ese día vino una furgoneta desde Alemania llena de cajones para llevarse los perros que han adoptado desde allí.
En la foto se ven las manchas de la tripita.
Este perro tiene un dedo de más en la pata trasera.
Y le gusta mucho jugar.