Este curso nos hemos dividido en dos grupos de cuatro alumnos, de este modo podemos participar de manera más activa en cada taller. Mientras un grupo cocina, el otro hace taller de huerta, y la semana siguiente se cambian.
En el taller de cocina, cada semana le toca a uno hacer de cocinero jefe, escoger la receta y escribirla en el ordenador. Además, hace la lista de los ingredientes que hacen falta comprar, y todos juntos vamos de compras el jueves a la tarde.
Todas las recetas que hacemos son de merienda o postre, porque comer una lubina al horno un jueves a la tarde no apetece mucho. Además, algunas de ellas no tienen ingredientes con gluten, para que los celiacos también puedan comerlas.
En la cocina hay muchas cosas que hacer, por eso nos repartimos las funciones, entre ellas están: preparar la receta, pedir la llave de la cocina, encargarse de las bolsas de la compra, pagar en la tienda, fregar y barrer. Las demás labores las hacemos entre todos.
Cuando vamos a la compras nos fijamos bien en qué sección están los productos: frutería, carnicería, refrigerados, etc. Además, comparamos los precios de lo productos y leemos la etiqueta para comprobar si los productos tienen gluten o si la fecha de caducidad ya ha pasado.
De vuelta al colegio, tras lavarnos las manos y ponernos el delantal, leemos entre todos la receta y empezamos a elaborarla paso a paso. Al terminar, casi siempre merendamos ese día lo que hemos cocinado, pero a veces, tenemos que esperar a que se enfríe y comerlo al día siguiente a la hora del patio. Si sobra, que a veces no siempre es posible, les damos a probar a algunos compañeros de otras clases. Así que los jueves medio cole está pendiente de nosotros...
